ARQUETIPOS DE PERSONALIDAD EN LA POLÍTICA
En la segunda parte de arquetipos, aprenderás como la aplicación de arquetipos a la marca personal de un político es una estrategia simbólica y narrativa que permite atraer masas y destacar como nadie
Jung creía que los arquetipos existían en el inconsciente colectivo. Sugirió que estos modelos son de naturaleza innata, universal y hereditaria. Según Jung, cada arquetipo desempeñaba un papel en la formación de nuestra personalidad , pero sentía que la mayoría de las personas estaban dominadas por un arquetipo específico. Describió cuatro tipos principales de arquetipos:
La persona: representa todas las diferentes máscaras sociales que usamos en diversos grupos y situaciones.
La sombra: un arquetipo que consta del sexo y los instintos de vida. La sombra existe como parte de la mente inconsciente y está compuesta de ideas, debilidades, deseos, instintos y defectos reprimidos.
El ánima o animus: el animus representa el aspecto masculino en las mujeres mientras que el anima representaba el aspecto femenino en los hombres.
El Yo: un arquetipo que representa la inconsciencia y la conciencia unificadas de un individuo.
Uno de los aspectos más fascinantes del proceso de pensamiento de Jung fue su enfoque de pensamiento no lineal, que variaba según el contexto y la situación cambiantes. Este enfoque ha proporcionado a los estudiosos junguianos flexibilidad a la hora de comprender y contextualizar los arquetipos. En otra descripción más obvia, también tenemos los arquetipos tipológicamente personificados más famosos, como la Gran Madre, el Héroe, el Guerrero, etc. Uno de esos arquetipos que veremos en detalle es el del Gobernante.
El poder no lo es todo, es lo único.
El Gobernante es uno de los arquetipos junguianos más reconocibles.
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